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Unicaja cae sin luchar ante el Xacobeo

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Vasileiadis pudo con todos los jugadores de Unicaja

Ni siquiera ya los periodistas más acerrimos perdonan al Unicaja ya no su sexta derrota en siete encuentros de Liga ACB, sino la forma en que se produjo y ante un rival que si bien ha cogido una racha buena de tres victorias consecutivas, a priori no tendría que haber sido rival para el conjunto de Aíto García Reneses, cada día más cuestionado en su labor como preparador del conjunto cajista. Y es que Xacobeo le dio toda una lección de pundonor y saber hacer, precisamente con dos jugadores que pertenecieron en su momento a las filas de Unicaja, el griego Vasileiadis y Alfonso Sánchez.

En ningún tramo del partido se pudo ver al Unicaja de la Euroliga, y eso es peligroso, porque si se pretende poner toda la carne en el asador en una competición tan dura y complicada de ganar, como el máximo entorchado a nivel de clubs en Europa, el desenlace puede ser bastante funesto. De momento la participación en la Copa del Rey es inviable, salvo milagro de última hora, con lo que ya se deja de disputar el tercer título en liza. La Liga a no ser que cambie mucho el panorama, mejor será pensar en salir de los puestos de cola que entrar en los playoffs. Y en la ya mentada Euroliga, siendo realista, cuando lleguen los choques contra los grandes favoritos, habrá que ver como se comporta un equipo cogido con pinzas, en donde si Taquan Dean no anota, el equipo es romo cien por cien.

Eso precisamente es lo que sucedió ayer en Santiago, se unió a ese factor el desasatroso balance defensivo de todo el equipo, que parecía ir de sobrado ante un conjunto que no tiene el nombre de otros conjuntos a los que incluso esta temporada Unicaja ha ganado. El primer cuarto fue un toma y daca entre los tiradores de uno y otro conjunto, con Dean aún anotando y Vasileiadis y Stanic llevando al Xacobeo tres puntos por arriba en el final. El segundo cuarto la pobre defensa de Unicaja concedió demasiados tiros libres, pese a las protestas finales de Aíto que suenan más a pataleta que a otra cosa. Entoncés se produjo un apagón que parecía simbolizar la falta de ideas con que estaba jugando el equipo malagueño. Ni siquiera el susto por la posible lesión de Terry, un coloso para los locales, hizo que los de Curro Segura se vinieran abajo. Es más, pareció un incentivo para ir a buscar sangre, y a fe que lo consiguieron, porque llegaron a gozar de una ventaja de 20 puntos.

El último cuarto sirvió para ver un tímido intento de remontar, pero con la pesima dirección una vez de Omar Cook (como se acordaran ahora de haber dejado escapar a Carlos Cabezas) lo único que se pudo hacer es «maquillar» un poco la derrota y dejar el marcador final en el 83 a 66.

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