El Málaga remonta ante el Getafe y es líder
Publicado por Roberto Corroto el .
Espectáculo tremendo el que se vivió anoche en La Rosaleda. Con un Málaga que si bien estuvo por detrás en el marcador durante buena parte del encuentro, supo remontar ante un Getafe que también jugó con sus herramientas, y estuvo a punto de puntuar de no ser por uno de los mejores goles que se veran esta temporada con seguridad, el de Baptista.
Empezó el partido con dominio intermitente de los hombres de Pellegrini, en medio de un partido bastante disputado, y a ratos incluso bronco. La primera mitad no hacía pensar en lo que se iba a ver en la segunda, como si los dos equipos fueran boxeadores tomándose la medida para darlo todo en el tramo final del combate. Las hostilidades las abrió un Pedro León que ayer se reivindicó como el gran jugador que es, y que Mourinho no ha sabido ver. Un genial gol suyo a los diez minutos de la reanudación ponía por delante al Getafe de Luis García, que aguantó otros diez, justo hasta que Van Nistelrooy acababa con su sequía goleadora de un testarazo al fondo de las mallas defendidas por Codina. El toma y daca volvía a darle ventaja poco después a los visitantes, en una jugada no exenta de polémica. Valera hacía una carga lateral contra un Eliseu que defendía mal la jugada, y el centro del primero era rematado por Miku de cabeza, pero el balón le acabó dando en la mano y eso desvió la trayectoria, dejando a Caballero como un gato de escayola. La jugada no obstante supuso la expulsión por una absurda discusión de Lacen con Demichelis, que dejó al Getafe con uno menos durante los últimos 20 minutos.
Eso fue clave para que el Málaga se lanzará en picado contra la meta de Codina, que pudo resistir hasta que restaban solo dos minutos para llegar al noventa. En una jugada a balón parado, Maresca (fundamental en la remontada) rebañaba un rechace y ponía el empate. Y ya en tiempo de descuento, de nuevo fue Maresca el que puso el centro sobre la cabeza de Rondón, para que éste dejara la pelota muerta en el aire, donde Julio Baptista la alcanzó con una extraordinaria chilena que se colaba en la escuadra visitante, para locura del público que poblaba las gradas de La Rosaleda. El pitido final casi parecía indicar la consecución de un título por los abrazos de los jugadores, pero era simplemente la consecución de una remontada y de dormir como líderes provisionales de la mejor Liga del mundo.
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