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El Málaga pierde ante Osasuna y se hunde

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Ni el mejor guioinista de terror hubiera podido escribir algo parecido a lo que le ha pasado al Málaga esta semana. Después de los siete goles recibidos en el Bernabeu, parecía que el momento de la verdad llegaba ante Osasuna, donde en teoría el equipo «de gala» estará más fresco y dispuesto a sumar los tres puntos con que se esperaba salir de puestos de descenso, o acortar la distancia con los equipos que le antecedían. Pero lejos de todo eso, el equipo de Pellegrini, perdió ante un rival directo y vuelve a ser el colista de la división de honor.

El partido se movió por los derroteros que se suponen de un partido de esta trascendencia y con dos equipos que están donde están por demeritos propios. La diferencia es que los hombres de Osasuna aún disfrutan del efecto Mendilibar, y los del Málaga no saben a lo que juegan, ni quién manda en el club. Como suele ocurir en la mayor parte de las veces, que venga un tipo con dinero fresco no quiere decir que la cosa tenga que mejorar. Con Maresca de nuevo ocupando plaza en el once de inicio, se demostró que el equipo no funciona, y las ocasiones apenas llegaban por ninguna de las dos partes. El único que hizo por adelantar a los suyos fue Sebas Fernández, que llegó a tener tres ocasiones de gol, pero a pesar de la voluntad que le puso no tuvo premio. Rondón estuvo bien marcado y no pudo rematar con claridad nunca. El resto estuvo en la misma linea si bien hubo algunos como Quincy que no deberían jugar en ningún equipo de primera división serio.

Osasuna con poco más que un trabajo recio y serio como el carácter de su técnico, y un poco de acierto en ataque, se llevó los tres puntos de La Rosaleda. Un gol de Sergio Fernández tras saque de una falta lateral, cuando el partido moría, acabó con el campo increpando a los suyos, y un palco vacio en el que nadie estaba para representar a un equipo que de no mediar un cambio de timón extremo, se va al infierno de la segunda división.

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